Imagen primera

Cuando conocemos a alguien por primera vez, hombre o mujer, nos fijamos en el estilo en su ropa, su peinado, el color de sus ojos, de pelo, de piel, la forma de su nariz, sus dientes, labios o manos, si es una persona alta, mediana o baja, si es delgada, o quizás más gorda, si tiene la espalda ancha... todo relacionado con su físico o su "carcasa exterior."

Sin embargo, de esa persona no solo percibimos todas esas cuestiones físicas; por el contario, sin ser muy conscientes obtenemos una gran cantidad de información a partir de los gestos de su cara, con las manos, las posturas de su cuerpo, su forma de mirar o de expresarse, los temas de los que habla, el tono que utiliza, su sonrisa, movimientos y un sinfín de comunicados no verbales que nos envía.

Lo cierto es que de ese primer contacto con las personas nos creamos una imagen primera, juzgamos su estilo, su forma de hablar, su cara, sus gestos, movimientos corporales, su mirada...y de esa imagen sacamos...esta persona es muy interesante, grosera, atractiva, graciosa, simpática, aburrida, seca, tímida, abierta, divertida, estirada, afable, arrogante, cercana, noble, hipócrita etc.

Y esa primera impresión que parece inofensiva, ¿es realmente tan inofensiva como nos creemos o nos condiciona? En algunas ocasiones, la imagen primera perdura a lo largo del tiempo...pero, ¿cuánto tiempo nos cuesta cambiar una impresión preconcebida de alguien que no conocemos realmente? ¿nos perjudica o beneficia? ¿y no es cierto que muchas veces nos equivocamos en esas primeras impresiones? ¿cambiamos de opinión sobre ellas alguna vez?