miércoles, 15 de agosto de 2007


Uno de los dilemas más difíciles que alguna vez tenemos que afrontar, es el hecho de tener que enfrentarnos a nosotros mismos, tener que decidir entre actuar o quedarnos quietos, sin actuar, esperar que ocurra algo, o que llegue el momento adecuado para hacerlo.

A decir verdad, a veces los momentos adecuados no llegan nunca si uno no los provoca. Es cierto que es muy duro tomar la decisión y más cuando uno tiene que luchar contra uno mismo para llevarla a cabo pero, ¿no es peor quedarse con la duda de saber qué hubiera pasado si hubiera actuado?

Sé que es muy complicado, que desde la barrera todo se ve muy sencillo, pero hay que vencer el miedo interior que se apodera de nosotros en esas ocasiones, ese que no nos permite actuar y que además nos tortura; hay salir de ello, y la única forma que conozco es asumiéndo el riesgo e ir a por aquello que uno cree merece la pena porque las dudas sólo se resuelven preguntando.



Dedicado a Pupi.
P.D: creo que sigo metiéndome donde no me llaman.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Asumí el riesgo (a mi modo) y la duda ya no es tal.
Hasta ahí puedo leer.
Gracias por todo, de veras, de corazón.

Un besote

R4F43L dijo...

Igual, a mi también me sirve. Creo que tienes razón.
Abrazos

Miguel Villafuerte dijo...

Como siempre manteniendo el nivelde este blog, adelante. Un saludo desde El Salvador.

Argemís dijo...

Usul no es mi intención que leas nada que no quieras leer(espero que hayas entendido este mini-trabalenguas). No sé muy bien si te sirve o no, pero de nada, para eso estamos. Un besote.

Rafita, me alegro de que te sirva lo que escribo y de verte por aquí. Abrazos guapo.

Ays Miguel, muchas gracias por tu comentario. Un saludo enorme.