jueves, 19 de abril de 2007

Autoestética

Había oído hablar de ese programa de televisión en el que uno entra, le hacen un montón de operaciones de estética en el cuerpo y le cambian completamente de imagen, "Cambio Radical." Este programa que como otros, me parecía una "locura" de esas típicas de la televisión estadounidense pero que hemos importado para nuestra desgracia. El caso es que la emisión del programa aquí, aunque puedo decir que sólo he visto uno de los casos, me ha hecho reflexionar sobre varias cuestiones. En primer lugar, decir que me parece razonable que una persona desee cambiar parte de su cuerpo con el que no se sienta a gusto, que le pueda causar cierto complejo o disgusto; es más, seguramente todos tenemos esa parte de nuestro cuerpo que no nos agrada demasiado. Sin embargo, lo que no alcanzo a entender es que alguien quiera cambiar completamente su imagen; eso implica que no esta satisfecho con ninguna parte de su cuerpo y por tanto, que no se estima en absoluto, es decir, que quiere safisfacer su falta de autoestima mediante operaciones de estética. Lo cierto es que si uno se opera en numerosas ocasiones cuando en realidad su problema es interno, esas operaciones no van a solucionar su problema, sólo lo va a tapar temporalmente; y si es así, ¿no sería mejor tratar a esa persona en sus problemas de autoestima o psicológicas, hacer que se quiera, que se admita a sí misma, en vez someterla a tanta operación? porque no hay duda, que todas esas operaciones necesariamente deben traer grandes las secuelas físicas y psicológicas, pero estas, no aparecen en el programa, claro.

Por otro lado, el programa también hace plantearme el papel de todos esos profesionales, los médicos cirujanos que se prestan a esa barbaridad motivados, me imagino, por una gran compensación ecónomica; ellos sí saben realmente los riesgos que corren los pacientes que operan o ese equipo de psicólogos que en vez de fomentar la autoestima, entra en el juego de hacerle creer al paciente que va a encontrar mejor tras ese numerosas de operaciones de estética.

Por último, la finalidad del programa que no es otro que el de seguir vendiendo que con una imagen se consigue todo: un buen trabajo, pareja, sexo, éxito en la vida... es el éxito asociado a la imagen, o lo que es lo mismo, continuar con la absurda presión social de la estética asociada a cualquier tipo de triunfo. Lo peor de todo, es que esta presión se empieza a tener cada vez más joven, pero aún así parece que estos no son suficientes motivos para frenar este tipo de programas, ¿hasta dónde vamos a llegar?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Llegaremos hasta donde la ciencia, la medicina y sobre todo el dinero se nos permita.

Argemís dijo...

Casi prefiero no pensar hasta donde llegaremos...